Sinopsis
Una pequeña imagen peregrina de la Virgen de Fátima viajó desde su Santuario en Portugal hasta Málaga para presidir las Misiones. La ciudad entera la acogió con fervor, suplicando que no se marchara. Durante años, fue símbolo de esperanza y consuelo, hasta que la devoción comenzó a apagarse y su imagen quedó olvidada en una iglesia.
Con el tiempo, la Hermandad de Fátima en Málaga reorganizó sus esfuerzos y pidió que la imagen se convirtiera en su Titular. Con gran alegría, fue llevada a la parroquia de Fátima, donde hoy preside el camarín principal. Los fieles han retomado su veneración, recordando el amor y la fe que la Virgen inspiró desde el principio.
Hoy, Málaga demuestra su gratitud con su presencia constante, reafirmando la importancia de la oración, la penitencia y la conversión. La Virgen sigue guiando a sus hijos con amor, ofreciendo refugio y paz a quienes acuden a Ella con devoción.