Sinopsis
La UNESCO presentó en el 2016 la iniciativa “Happy Schools”, que ha consolidado en el 2024 con su informe Why the world needs happy schools. Global report on happiness in and for learning. Entre las muchas cosas interesantes de dicho proyecto merece la pena destacar la identificación de cinco factores involucrados en la generación de un ambiente educativo positivo: capacidad de generar vínculos entre los distintos miembros de la comunidad educativa, fomentar el espíritu de equipo, contar con profesores que motivan a quienes enseñan, aprender en un contexto cálido, lograr que todos sientan que disponen de un espacio para desarrollarse creativamente. No sería fácil buscar una aproximación mejor al sentido que adquiere la mentoría en la enseñanza universitaria. Son cada vez más preocupantes los datos que conocemos sobre el estrés y agotamiento de docentes y estudiantes. En este contexto, la mentoría puede ayudar a incorporar a la agenda institucional algunos elementos positivos para paliar esta preocupación por el bienestar de docentes, estudiantes y personal de servicio, y para remodelar el clima relacional de nuestras universidades haciéndolo más saludable. Y, todo ello, con la esperanza de que no solo se enseñe y se aprenda mejor, sino que se viva mejor, en la Universidad. Pensada la mentoría desde lo que su práctica implica en la vida universitaria, la enseñanza aparece como encuentro entre docentes y estudiantes, en cuyo contexto se va hilvanando toda una red relacional de apoyo mutuo: apoyo entre docentes, apoyo de docentes a estudiantes, apoyo entre estudiantes. Esa mirada, de sostenimiento y cuidado mutuo, supone un giro de 180º con respecto a la visión solitaria y competitiva con que, a veces, se plantea y vive la Universidad. Con ese propósito se ha escrito este libro.