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Por vez primera ven la luz en castellano las Cincuenta homilías espirituales que la tradición atribuye a Macario el Grande, una de las figuras más influyentes del Oriente cristiano. Esta obra monumental no solo ha fecundado la historia de la espiritualidad desde el siglo V, sino que sigue sorprendiendo a sensibilidades tan acomodaticias como la del hombre actual. Según Macario, la vida cristiana es agónica, hasta el punto de no poder comprenderse sin esfuerzos y lucha, tribulaciones y fatiga. Y es que el creyente tendrá que ir superando, una tras otra, las dificultades que irán apareciendo en su camino. Pero para afrontar los combates, el seguidor de Jesús precisa de la ayuda de la gracia divina, sin la cual no lograría alcanzar la victoria. Puede, eso sí, colaborar mediante la práctica confiada e ininterrumpida de la oración. La meta que se le promete al bautizado es la mayor imaginable: llegar al encuentro esponsal y unitivo con Dios, fuente de la felicidad plena. La presente edición suma a las cincuenta homilías otras siete que, según la crítica, han acompañado a esta Segunda colección macariana. Estos escritos se integran en la gran corriente de literatura mística bizantina surgida en el Imperio romano de Oriente, con autores como Gregorio de Nisa, Juan Clímaco o el Pseudo-Dionisio. Y aunque en Occidente apenas ha sido conocida, no cabe duda de que también hoy puede iluminar a muchos cristianos en sus noches oscuras. Macario el Grande es el personaje de la antigüedad al que se atribuye esta compleja colección de homilías espirituales. La crítica sugiere, sin embargo, que su autor escribió en Siria entre finales del siglo V y principios del VI. Eduardo Otero Pereira ha traducido esta obra del griego bizantino. Profesor de griego y latín en Heidelberg, ha alcanzado justa fama con sus versiones de obras de la tardoantigüedad y del inicio del Medievo, entre las que destaca La Trinidad de Ricardo de San Víctor, el Itinerario de Egeria o las Conversaciones de Juan Casiano.